viernes, 26 de abril de 2013

Acción en el Banco de España - Todo el poder y la riqueza para el pueblo






Como el paso hacia el Congreso está blindado por las fuerzas represoras del Estado, y hoy era la sesión en que debían anunciarse más reformas y planes de ajuste estructural y presupuestario para poder hacer frente al pago de esa deuda que la clase dominante se ha antojado en hacernos pagar a las y los trabajadores, este mediodía una pequeña representación de Unidad Popular de Clase se ha dirigido al Banco de España a reivindicar, desde la unidad de la clase trabajadora, toda la riqueza y el poder para el pueblo.
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Una serie de colectivos de barrios y pueblos se han reunido para iniciar la construcción de un movimiento político en Madrid. EL objetivo es que este sirva para responder a la necesidad más urgente del movimiento obrero y popular: la existencia de un referente político capaz de fortalecer las luchas locales y sectoriales y de realizar una alternativa de ruptura con el régimen de la Transición y con el sistema capitalista. Este es un proceso en construcción, abierto y participativo.



TODO EL PODER Y LA RIQUEZA PARA EL 
PUEBLO


El Gobierno anuncia hoy nuevas medidas “para recortar el déficit”. Nuevas medidas que son un paso más hacia la destrucción, hacia el abismo. Nuevos recortes en las pensiones, en las prestaciones por desempleo y otras que vienen a sumarse al paro masivo y a la pobreza que se extiende como una plaga por barrios y pueblos.
Es una agonía lenta en la que la clase obrera y sectores populares vamos cayendo en una guerra sorda que nos destruye fuera de los focos y de los micrófonos. Es la dramática ausencia de porvenir de una juventud sin trabajo, a la que se niega la posibilidad de estudiar y a la que se reprime brutalmente si tiene la dignidad de luchar. Es la losa que aplasta a las mujeres trabajadoras, principales protagonistas del empleo precario y sobre las que cae todo el peso de los cuidados por la destrucción de los servicios públicos. Es la vergüenza de la superexplotación de la clase obrera inmigrante a la que se niega cualquier derecho. Es la voladura sistemática de todo espacio de humanidad y solidaridad  que la lucha de la clase trabajadora fue arrancando de la burguesía.
El desastre que vive el pueblo griego no es una excepción. Es el futuro que nos están cocinando la banca y las multinacionales, de aquí y de fuera, y que nos imponen los partidos institucionales. El guión es siempre el mismo:  la dictadura férrea de la UE, el BCE y el FMI aceptada vergonzante y sumisamente por el Gobierno, antes del PSOE y ahora del PP. IU no se atreve a romper las reglas de un juego criminal que lleva a los pueblos a un desastre más que seguro y ante el que no tiene más horizonte que intentar gobernar con un PSOE que desde la Transición viene aplicando, a veces incluso con más eficacia que el PP, el programa del capital.
Ante el oportunismo de ciertos sectores institucionales conviene que tengamos siempre presente que no importa el partido que gobierne, sino la clase social que tenga el poder. Así, el Estado no es simplemente un espectador o mero papel mojado y cada vez queda más claro que nunca ha perdido su esencia: la de ser la herramienta de opresión política de una clase sobre otra.
La reforma constitucional de agosto de 2011, todos los ataques a los derechos sociolaborales y la liquidación de los servicios públicos para privatizarlos mejor, forman parte de la ejecución con disciplina prusiana de las tablas de la ley del capitalismo. En otros países son los “Memorándums” del rescate, en el Estado español se aplican las mismas medidas para que no nos rescaten. Somos un Estado intervenido, sin el menor resquicio de soberanía.
Frente a la minoría de poderosos corruptos y criminales hay una clase trabajadora y un pueblo que ensaya formas de resistencia y de lucha intentando responder a los diferentes ataques con diversos movimientos, muy débiles organizativamente – y por tanto fácilmente manipulables – y muy dispersos.
Es necesario que el pueblo explotado y sojuzgado dé un puñetazo en la mesadiga !Basta ya! y se organice en torno a un programa político, desde la base, desde los barrios y pueblos, desde los lugares de trabajo y estudio. Es preciso que la clase trabajadora y el pueblo tomen en sus manos las riendas de un caballo desbocado que camina hacia su destrucción y, más temprano que tarde, desaloje a criminales y ladrones para construir sensata y razonablemente un futuro en el que toda la riqueza esté al servicio del pueblo.
Hay que construir la Unidad sabiendo lo que se quiere. La unidad sin ideas claras no sirve para nada o puede abrir el camino a “salvadores de la patria” que nos lleven a donde no queremos ir. El pilar de ese programa debe ser una doble ruptura: con el régimen de la Transición y con el sistema capitalista. Sus objetivos centrales deben ser:
  • No pagar la deuda, ni los intereses. Luchar contra a las políticas del FMI, el BCE y la UE y cuestionar nuestra pertenencia al euro y a la UE.
  • Ni OTAN, ni Bases, ni gastos militares.
  • Expropiación y propiedad pública de la riqueza, de los servicios públicos y de los recursos naturales. Planificación democrática de la economía.
  • Plena igualdad de las mujeres.
  • Derrocar al régimen monárquico de la Transición. Depuración democrática de los aparatos del Estado y derogación de las leyes represoras. Derecho de Autodeterminación de los Pueblos.

-Unidad Popular de Clase

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